bosques nativos

Sobre la actividad

Argentina presenta una cobertura de bosques nativos de 53,6 millones de hectáreas, distribuida principalmente en siete regiones forestales: Selva Misionera, Selva Tucumano Boliviana, Parque Chaqueño, Bosque Andino Patagónico, Espinal, Monte y Delta e Islas del Río Paraná.

Bosques Nativos y producción

La gestión de los bosques nativos a nivel nacional incluye un diagnóstico exhaustivo de la situación de los bosques nativos, su marco normativo, visión y objetivos, y sus medidas de mitigación e instrumentos de implementación y financiamiento.

Objetivos 2030

La gestión forestal sostenible es el instrumento más apto para lograr el desarrollo de las poblaciones y cadenas productivas que dependan de los bosques. En el caso de los bosques nativos, es la que garantizará su conservación a perpetuidad.

Sobre la actividad

Argentina presenta una cobertura de bosques nativos de 53,6 millones de hectáreas (ha), distribuida principalmente en siete regiones forestales: Selva Misionera (Selva Paranaense), Selva Tucumano Boliviana (Yungas), Parque Chaqueño, Bosque Andino Patagónico, Espinal, Monte y Delta e Islas del Río Paraná. Estas regiones presentan características y dinámicas específicas, así como diferentes presiones humanas y naturales.

De acuerdo al ordenamiento de bosques nativos realizado bajo la Ley 26331, el territorio de la República Argentina presenta una cobertura de bosques nativos de 53,6 millones de hectáreas (ha), distribuida principalmente en siete regiones forestales: Selva Misionera (Selva Paranaense), Selva Tucumano Boliviana (Yungas), Parque Chaqueño, Bosque Andino Patagónico, Espinal, Monte y Delta e Islas del Río Paraná. Estas regiones presentan características y dinámicas específicas, así como diferentes presiones humanas y naturales.

Con respecto a las categorías de conservación de acuerdo a la Ley 26331:

  • el 19% de los bosques nativos se determinan como de Categoría I (Sectores de muy alto valor de conservación que no deben transformarse ni ser sujetos a aprovechamiento forestal. Pueden realizarse actividades que no alteren sus atributos de conservación),
  • el 61% de Categoría II (Sectores de mediano valor de conservación, que no deben desmontarse. Podrán ser sometidos a aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica), y
  • el 20% de Categoría III (Sectores de bajo valor de conservación que pueden transformarse parcialmente o en su totalidad).

 

De las más de 53 millones de hectáreas que han sido declaradas por las provincias en sus respectivos OTBN, un 9,8% del total de la superficie de bosques nativos se encuentran bajo planes de manejo o conservación.

Según datos de la Dirección Nacional de Bosques (DNB) del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (MAyDS), durante el período 1998-2015 se perdieron 4,15 millones de hectáreas de bosques nativos, con una tasa anual de deforestación de 0,83 %, por lo que Argentina forma parte de los países que más deforestación presentan en el mundo (FAO 2015). Este proceso de deterioro ambiental es atribuible a una combinación de factores que en su mayoría son impulsados por la fuerte expansión de las actividades agropecuarias durante las últimas décadas, dando como resultado una importante proporción de los bosques remanentes con un alto grado de degradación. No obstante, el análisis comparativo de la pérdida de bosques nativos en los períodos comprendidos entre 2006 y 2016 muestra una tendencia hacia la disminución de las tasas anuales de deforestación en las regiones Parque Chaqueño, Yungas, Selva Paranaense y Espinal, acentuándose este cambio a partir del período 2013-2014.

Bosques Nativos y producción

Según datos del Anuario de Estadística Forestal Especies Nativas 2016 (publicado en enero 2018), la extracción anual de productos forestales primarios total es:

  • Rollizos: 835 m3
  • Rollizos: 714.104 tn
  • Leña como tal: 991.206 tn
  • Leña para carbón: 1.995.565 tn
  • Postes: 31.620 tn
  • Otros productos: 10.440 tn

Por otro lado, para tener una idea de la situación actual y potencial de los productos forestales no madereros (PFNM), actualmente los PFNM registrados representan el 1,02% del total de la producción forestal prima

Una de las actividades más extendidas en bosques nativos es la ganadería. Tradicionalmente la matriz de uso ganadero en los bosques es mediante los sistemas silvopastoriles tradicionales, la ganadería extensiva o el desmonte y la siembra de pasturas.  Estos modelos productivos se desarrollan con intensas y severas intervenciones al ecosistema natural, se caracterizan por una alta fragmentación del paisaje forestal, la pérdida de hábitat de fauna nativa y la exposición de los suelos a la erosión hídrica y eólica. Por otro lado, son modelos simplificados e ineficientes, con altos costos energéticos, donde en muchos casos no existe control de los componentes del sistema, ni monitoreo de las prácticas aplicadas. El Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI) propone la conservación del bosque nativo y su biodiversidad basándose en la adopción de tecnologías de bajo impacto ambiental.

Caracterización

La caracterización de los bosques nativos, su detalle y seguimiento, se realiza a través del Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques Nativos (SNMBN) en el ámbito de la DNB del MAyDS. El SNMBN provee información actualizada de los recursos forestales nativos del país y permite dar seguimiento a la implementación de la Ley 26331, colaborar con el cumplimiento de los convenios internacionales asumidos por el país en materia de Cambio Climático y brindar información a la sociedad sobre la importancia de los bosques nativos.

El SNMBN comprende tres componentes principales:

  • Monitoreo satelital de los bosques nativos: incluye la distribución de los bosques nativos y seguimiento anual de los cambios en la cobertura de bosques para la detección, cuantificación y seguimiento a lo largo del tiempo de procesos de origen natural y/o antrópico que modifican la estructura y/o extensión de los ecosistemas forestales naturales utilizando principalmente técnicas de teledetección y un Sistema de Información Geográfica (SIG).
  • Sistema de Alerta Temprana (SAT) de Deforestación: genera la detección de la pérdida de bosques nativos en forma continua con el fin de fortalecer las acciones de control y vigilancia sobre los bosques nativos de las autoridades provinciales. A través del SAT es posible monitorear la pérdida de bosque nativo de forma continua (cada 16 días), a través de procesos automatizados basados en imágenes satelitales.
  • Inventario Nacional de Bosques Nativos: genera información sobre la caracterización del estado de conservación de los bosques nativos, su composición, estructura y funcionamiento. Actualmente se cuenta con el Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos 1998-2005. El Segundo Inventario Nacional de Bosques Nativos (INBN2) se encuentra en proceso de elaboración, siendo una herramienta estratégica nacional para la planificación y desarrollo de políticas públicas vinculadas a la conservación y manejo sustentable de los bosques nativos, cumpliendo con las normativas nacionales y honrando los compromisos internacionales asumidos por Argentina. Los objetivos generales del INBN2 se centran en:
    • proveer información actualizada de los recursos forestales nativos de Argentina,
    • brindar información de cambios ocurridos en las masas forestales como consecuencia de políticas aplicadas,
    • establecer un sistema continuo de inventarios nacionales sucesivos,
    • contribuir con el cumplimiento de las normas emergentes de la Ley 26331 y los compromisos internacionales asumidos por la República Argentina.

Por otro lado, en lo que se refiere a la gestión que se realiza de los bosques nativos a nivel nacional, en el Plan de Acción Nacional de Bosques y Cambio Climático (PANByCC) se detalla exhaustivamente la situación de los bosques nativos (evolución histórica, estado actual y análisis causal), su marco normativo, visión y objetivos, y para cada Eje Estratégico Operativo (EEO) sus medidas de mitigación, necesidades, barreras, instrumentos de implementación y financiamiento. Es decir, toda acción relativa a fortalecer la gestión de bosques nativos debe tomar como punto de partida lo establecido en dicho documento.

Financiamiento

El MAYDS en colaboración con (FAO), como entidad acreditada ante el Fondo Verde para el Clima (FVC), elaboró una Propuesta de Financiamiento (PF) para solicitar pagos por resultados ante el FVC en el marco del Programa Piloto de Pagos Basados en Resultados de REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques).

La posibilidad de iniciar este proceso se debe al resultado obtenido por el país en la reducción de emisiones a partir de la deforestación evitada durante el período 2014-2016 en las regiones del Parque Chaqueño, la Selva Tucumano Boliviana, el Espinal y la Selva Misionera, alcanzando así una reducción total de más de 165 millones de toneladas de CO2 equivalente. Estos resultados fueron presentados en el Anexo Técnico REDD+ del Tercer Informe Bienal de Actualización (IBA) junto con el cumplimiento de los pilares de REDD+ establecidos por la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático.

Gracias a estos resultados y al desarrollo de la PF, el FVC aprobó un desembolso de U$S 82 millones para un nuevo proyecto de lucha contra la deforestación y el manejo sostenible de los bosques.

Los resultados obtenidos se deben en una parte importante a la implementación de la Ley n.º 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos (Ley de Bosques) que, junto a otras variables concurrentes, ha generado una reducción en la tasa de pérdida de bosques en los años indicados.

Valorización

La Ley 26331 es la herramienta primordial para la valorización de servicios ecosistémicos de los bosques (art. 5). Dicha Ley contempla un régimen de fomento a través del Fondo Nacional para el Enriquecimiento y Conservación de los Bosques Nativos (FNECBN) asignado a las provincias como autoridades locales de aplicación, creado con el objetivo de compensar a las jurisdicciones que conservan los bosques nativos por los servicios ambientales que estos brindan. Se aplica en un 70 % como aporte no reintegrable para los titulares de tierras, tanto públicos como privados, en las que se implementen planes de manejo y conservación (percibido por hectárea y por año según las diferentes categorías de conservación); y en un 30 % a cada gobierno provincial para actividades de fortalecimiento institucional. Aún la Ley 26331 no reconoce el valor de los servicios ecosistémicos de los bosques nativos.

Adicionalmente, la Ley 26331 establece la creación del Programa Nacional de Protección de Bosques Nativos (PNPBN), para fortalecimiento del cumplimiento de los objetivos de la Ley desde el ámbito nacional. En ambos casos (el FNECBN y el PNPBN) se nutren de recursos provenientes del presupuesto nacional.

En lo que se refiere específicamente a restauración, existe el Plan Nacional de Restauración de Bosques Nativos (PNRBN), el que fue iniciado durante el 2018. Su objetivo es alcanzar veinte mil hectáreas anuales bajo restauración a 2030 y contribuir con la Estrategia Nacional de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático.

Gestión Sostenible

Desde los distintos acuerdos internacionales sobre bosques, se concluye que los mismos (sean nativos o cultivados) deben gestionarse con objetivos claros, considerando su multifuncionalidad: provisión de servicios ecosistémicos prioritariamente y provisión de bienes, los que hacen a la calidad de vida y sustento de los que viven y dependen del bosque.

La gestión forestal sostenible se refiere a la organización, administración y uso de los bosques de forma e intensidad que permita mantener su biodiversidad, productividad, vitalidad, potencialidad y capacidad de regeneración, para atender, ahora y en el futuro, las funciones ecológicas, económicas y sociales relevantes en el ámbito local y nacional, sin producir daños a otros ecosistemas, manteniendo los servicios ambientales que prestan a la sociedad.

En el ámbito nacional, se refiere al lector a la Ley 26331 que sienta las bases para una gestión forestal sostenible y los Programas y Planes que de ella se desprenden. En particular a las 5 medidas de mitigación del PANByCC -las que se construyeron contemplando todos los Ejes Estratégicos Operativos y Estructurales-, que conjuntamente constituyen una gestión forestal sostenible.

Una aproximación para cuantificar la gestión forestal sostenible es la cantidad de hectáreas certificadas en la Argentina. En la actualidad son 13 las entidades comerciales (empresas forestales) certificadas que suman un total de 752.351 ha entre ambos sistemas (PEFC y FSC) constituyendo el 55% de la superficie plantada. De la cantidad de hectáreas totales certificadas, alrededor del 40% de esa superficie se destinan a la conservación de ecosistemas nativos de alto valor (bosques nativos, pastizales, entre otros). Es decir, la certificación de bosques cultivados no solamente contribuye al negocio por brindar acceso a mercados más exigentes, sino que tiene como externalidad positiva la conservación de ecosistemas boscosos y de otro tipo asociados a los bosques cultivados. Igualmente cabe aclarar que si bien la certificación es un indicador de la superficie que es gestionada en forma sostenible, no es requisito para que un bosque esté gestionado sosteniblemente.

En definitiva, la gestión forestal sostenible es el instrumento más apto para lograr el desarrollo de las poblaciones y cadenas productivas que dependen de los bienes y servicios de los bosques; y en el caso de los bosques nativos, es la gestión forestal sostenible la que garantizará su conservación a perpetuidad.

bosques

Argentina presenta una cobertura de bosques nativos de 53,6 millones de hectáreas (ha), distribuida principalmente en siete regiones forestales: Selva Misionera (Selva Paranaense), Selva Tucumano Boliviana (Yungas), Parque Chaqueño, Bosque Andino Patagónico, Espinal, Monte y Delta e Islas del Río Paraná. Estas regiones presentan características y dinámicas específicas, así como diferentes presiones humanas y naturales.